Por Nidia Aurora Gil

Escoge un momento del día para parar por 2 o 3 minutos y escuchar conscientemente los sonidos que lleguen a tus oídos.
Hazlo sin esforzarte por escucharlo todo, simplemente abre tu sentido del oído a notar lo que llega.
Cuando termines nota si estás más presente.
Nota. Esta práctica puedes hacerla en cualquier lugar, sin embargo, puede traerte un mayor sentido de bienestar si la haces en medio de la naturaleza.

Si en algún momento sientes que estás abrumada(o), detente un instante. Mira hacia el cielo y observa por unos minutos las nubes, sus formas, su movimiento, el color del cielo y todo lo que puedan captar tus ojos. No te esfuerces por captarlo todo, solo explora amablemente, con una mirada tranquilla, aquello que surge ante tus ojos cuando observas el cielo.

Ahora respira profundamente notando el espacio interno que percibes en ti cuando inhalas, como si fuera el espacio que notaste en el firmamento. Exhala lentamente soltando gentilmente el aire.

Nota si ahora percibes más espacio para ocuparte de lo que sea que estabas haciendo.

Con ojos cerrados o abiertos trae la atención a la respiración en la zona del abdomen por 2 o 3 minutos. Date cuenta cómo el abdomen se expande con cada inhalación y como se contrae con cada exhalación.

Observa con plena curiosidad esas sensaciones que surgen en el abdomen cuando respiras, como si fuera la primera vez que notaras la respiración.

Realmente esta respiración que estás tomando, es la primera vez que la tomas. No dejes pasar desapercibido el milagro que ocurre a través de ti en cada instante.

Aunque esta práctica la puedes hacer en cualquier lugar, el contexto puede ayudarnos a sentirnos más frescos, más en contacto con nuestra paz y bienestar interior. Por esa razón te recomiendo hacer esta práctica en un espacio rodeado de naturaleza, puede ser un pequeño parque.

Camina notando cada paso que estás dando, notando el contacto de tus pies con el césped o con lo que sea que están en contacto. Tómate unos minutos para darte cuenta del movimiento de tu cuerpo mientras caminas, como descubriendo eso que has hecho casi toda tu vida, si esa ha sido tu experiencia.

Nota mientras caminas el aire frio o tibio y entra en contacto con esa cualidad de frio o de tibio o de como sea que percibes el aire.

Al terminar tómate un momento para darte cuenta cómo te sientes luego de haber caminado con atención.

1. Escoge una persona que veas cotidianamente: un hijo, uno de tus padres, un hermano, un amigo, etc.
2. Cuando te encuentres con esa persona escoge verla como si fuera la primera vez que la vieras.
3. Nota su cara, cada uno de sus rastros con amable atención y curiosidad.
4. Presta atención a lo que dice como si fuera la primera vez que la(o) escucharas.
5. Si te surge algún juicio intenta soltarlo y disponerte a escuchar con atención. Recuerda que te estás encontrando con esa persona por primera vez 😊
6. ¿Qué descubres?